Celebración y reflexión
Las otras miradas del Bicentenario en la tierra colorada
En el marco de la celebración del Bicentenario, TerritorioDigital.com seleccionó las entrevistas que muestran otra perspectiva de los procesos que atravesó la provincia, y los que aún le faltan atravesar, para que esta fecha, no sea sólo sinónimo de festejo, sino también de crítica y reflexión sobre estos primeros 200 años.
Los protagonistas de esta re- significación del bicentenario son: la profesora en Letras Ana Camblong, el artista multifacético Ramón Ayala, la dirigente agraria Rosana Arguello, el médico Hugo Gomez de Maio, el comerciante Diego Barrios y el historiador Jorge Francisco Machón; cada uno de ellos le dan un matiz diferente, sobre cómo se vive en Misiones este proceso histórico.
La educación como eje
Para ANA CAMBLONG, de 61 años reconocidos por su aporte en la educación misionera, destacó "La educación es una columna vertebral para pensar en el bicentenario y proyectarnos hacia el futuro", consideró.
¿Qué festejamos cuando festejamos el bicentenario de la Patria?
Y esa palabra está muy presente en los medios, se la escucha en todos lados pero no se puede aventurar cuánto está metida en la vida de la gente. Creo que festejamos múltiples memorias de lo acontecido y sobre los planes del futuro. Creo que todo el mundo busca sus propias interpretaciones y el sentido de esta fecha emblemática no sólo para Argentina sino para Latinoamérica y esa ya es una lectura. Festejemos como latinoamericanos no exclusivamente como argentinos.
Además Camblong expresó que: "El Bicentenario es una fecha para pensar sobre nuestra historia. Pero no sólo la historia de Misiones sino de nuestro contexto, me encantaría poner énfasis en el Mercosur. Pensar a Misiones articulando una gran región a la que pertenece desde el fondo de la historia. Y no nos olvidemos de los pueblos autóctonos, no dejemos de lado a los aborígenes. Sería interesante que a partir de la revisión de lo que fueron los procesos históricos, mayo y en adelante nos encuentre compartiendo actividades con el Mercosur. Que festejemos de manera conjunta y pensando que pertenecemos a una historia común.
Reflexionó, tenemos todos los mismos motivos para celebrar?, Y… seguramente que los que están excluidos tienen poco que festejar, quizás sea un momento para pensar en los que no tienen nada o tienen poco. La palabra festejo parece aludir sólo a fiesta, pero la fecha es una oportunidad para la memoria de lo actual y de lo pasado. Ojalá que no quede constreñida al jolgorio solamente, sería mejor una celebración que implique reflexión, el mirarnos para adentro y hacia el mundo, que no nos alejemos tampoco de los avatares internacionales, sería darnos cuenta de lo que somos realmente.
Otra vez, en la Patria están los que tienen la posibilidad de pensarse porque manejan el lenguaje y los que no tienen acceso a la palabra
Por supuesto, mi campo de trabajo es el lenguaje, mi vida entera es el lenguaje. En vez de Patria me gustaría hablar de Matria, porque no me refiero al lenguaje me refiero a la lengua madre. La educación es una columna vertebral para pensar el bicentenario y más allá, pensar el futuro. Yo pienso seguir dedicada a los procesos lingüísticos donde privilegio la educación, aunque me dedico a otros campos como la crítica literaria la prioridad nacional es alfabetizar.
El padre del gualambao
Otro aporte significativo sobre el bicentenario es la entrevista a RAMÓN AYALA, músico compositor y artista plástico que dijo: " Hace 200 años nos independizamos pero aún seguimos esclavizados".
"El Mensú" dice que en el bicentenario todavía hay esclavos: del trabajo, de las computadoras, de la rutina, de la televisión y de compromisos efímeros. Hizo hincapié en la necesidad de "un estado de conciencia que ayude a valorar la vida en todas sus dimensiones".
La historia cuenta que en el año 1810 se formó el primer gobierno patrio que dio origen a nuestra Nación Argentina y sin embargo hoy, 200 años después, millones de argentinos siguen viviendo como esclavos" expresó el artista misionero Ramón Ayala al ser consultado sobre cómo ve al país en el Bicentenario.
Según explicó el músico "hace doscientos años nos liberamos de la corona española, pero hoy el país está lleno de mensúes que viven esclavizados a sus puestos de trabajo, presos de una miseria que no los deja ser verdaderos hombres libres y soberanos. Los capangas de la vida moderna están en la televisión que emboba, la codicia por tener el último modelo del celular, las horas de encierro en oficinas y en los niños criados sin familias".
A lo largo de estos 200 años el pueblo argentino se fue liberando de muchos yugos ¿Cree que se haya esclavizado a otros?
Por supuesto que sí. Yo siempre digo que Buenos Aires y todas las grandes ciudades están llenas de mensúes esclavos del trabajo, de las computadoras, de la rutina, de la televisión y de compromisos efímeros. Son ejércitos de transeúntes que viven presos de los designios de los virus que nos trajo la vida moderna. Porque no me van a decir que un oficinista que se pasa encerrado frente a un computadora más de la mitad de su día y que llega a su casa sólo para comer o dormir es un hombre libre. O que la liberación femenina es una mujer que corre del trabajo a su casa sin tiempo para dialogar con sus hijos o para leer un libro. O que la educación de los niños pasa solamente por dejarlos encerrados en las escuelas llenándolos de contenidos sin ningún aporte afectivo.
¿Pero hablamos de celebrar el bicentenario de la independencia y soberanía como pueblo argentino y usted dice que en realidad somos esclavos?
Yo digo que el trabajo es muy importante en la vida del hombre, porque lo dignifica como persona. Pero el trabajo no es todo y nunca debe ser una prisión. La vida es mucho más que un puesto de trabajo y la felicidad es posible cuando el hombre toma conciencia de su finitud y se compromete con este presente que es sólo un soplo de la eternidad. Políticos, empresarios, obreros, artistas, estudiantes deberíamos trabajar juntos para cuidar a nuestra sociedad y a nuestro planeta. Pero para eso es necesario tomar conciencia del encierro en el que nos estamos metiendo tras las rejas de nuestras casas.
¿Cómo analiza la presencia de Misiones en la historia nacional?
Misiones antes era un pequeño rinconcito ignorado en un punto del mapa, un poco apretado entre Brasil y Paraguay y taponado por Corrientes. Un trozo del mapa que empeñosamente se mantenía en una punta del país. Con el correr del tiempo, Misiones fue afianzándose en su territorio. Pero seguimos siendo un pueblo muy joven que aún tiene mucho que aprender. Hemos avanzado porque la historia siempre sigue su camino hacia delante en constante movimiento. A pesar de que muchas veces no hay apoyo por parte de los gobiernos, el pueblo misionero sigue tirando su carro y labrando su historia. Una historia muy rica y multiétnica como el mismo ser misionero.
Mujer de tierra y trabajo
La dirigente de la Apam ROXANA ARGUELLO recorrió en los recovecos de su imaginario la historia de esta joven Misiones en los 200 años de la Argentina a la que está agradecida como heredera de inmigrantes
Desde muy joven, aún no ha cumplido los 40, Roxana Argüello acompaña la lucha y el reclamo de los productores yerbateros por un precio justo para el producto clave: el kilo de hoja verde, la yerba canchada con el precio ecuánime para quien acompaña el proceso de cultivo y cosecha.
Se convirtió, por elección, en secretaria de la Apam, siendo la primera mujer en la historia en liderar un movimiento agrario. Cada tractorazo que se subió a las veredas de la Plaza 9 de Julio la tuvo durmiendo en carpas y compartiendo ollas populares.
¿Qué le sale decir de 200 años de historia?
Que son 200 años que esta patria está tratando de sobrevivir para otros 200 años más. Creo que hubo puntos fundamentales. Por un lado la independencia que logramos, tenemos una provincia hermosa y rica dentro de la Argentina. Me gustaría, eso sí, que en los próximos años construyamos una estructura de país respondiendo a las demanda de la gente. De acá a 200 años más adelante, trabajemos en pos de que los que lleguen a esos 200 años, puedan disfrutar, todos, absolutamente todos, una Argentina mucho más linda y que se merezca vivir.
¿Cuáles son temas pendientes fuertes?
La distribución de la riqueza. Creo que es el punto desde donde parte todo. Hay una realidad, son 200 años en las que hubo diferentes tipos de lucha, de clases, de manifestaciones, por la patria soberana. Si uno piensa ese 25 de mayo de 1810, ahí estaban demostrando, una demostración de lucha por la libertad. Ojalá las estructuras políticas, porque no depende de una sola persona, de acá a 200 años, piensen en los distintos sectores de la población. Yo hablo con mi marido, y nos contamos, y nos decimos que la Argentina es tan rica que por más que las estructuras políticas hagan sus negociados, cosas que lamentablemente nunca van a dejar de ocurrir, es un sueño que dejen de hacer su negociado económico, pero tienen que repartir más entre la gente, tiene que haber igualdad. Hay para todos. Por más que hagan negociados por debajo de la mesa, que distribuyan a la gente que trabaja, que genera, que le den al ciudadano común lo que se merece. Pero son muy egoístas. Es que la sociedad en si debe comprometerse, sino por eso avanza la estructura política que no reparte, no nos metemos, y las sociedades dicen: igual si yo hablo o no hacen lo que quieren, y cada vez suma más esa versión. No, tenemos que sumarnos en otro compromiso político y demostrarle a esa estructura: acá está el pueblo que te votó, hacé para ellos, que esa riqueza sea para ellos. Pero el fuego, la chispa tiene que encenderse en la sociedad, la sociedad está muy cómoda, quedada. Y se contamina, ahí está el foco de la repartija, ojo, hacen sus negociados, pero que le den al pueblo lo que es del pueblo, que es el que debe exigir.
Una mirada atrás, y otra adelante
El médico HUGO GÓMEZ DEMAIO, es Jefe del Servicio de Cirugía del Hospital de Pediatría. Como reflexión por una fecha tan importante como el Bicentenario de la Patria reclamó mayor inversión para la especialización de los profesionales. Dijo que apenas se alcanzó un 20 por ciento de lo que se planteó 40 años atrás, cuando desembarcó en la provincia.
Hugo "Bubi" Gómez Demaio tiene 66 años y hace 40 practica medicina en Misiones, primero en Eldorado y después en Posadas, donde reside actualmente. Lleva tres décadas en el cargo de Jefe de Cirugía en el Hospital de Pediatría Fernando Barreyro y tan sólo algunos años menos tiene trabajando en la parte privada. Destacado en el ámbito de la salud por su incansable afán de investigar, convirtiéndose en un referente de la lucha contra el uso de agrotóxicos, dado que una de sus consecuencias - según el pediatra- son las malformaciones congénitas.
No se casó con ninguna bandera partidaria, en tanto se asume un personaje político, que se rige por su propia ideología marcada por la "honestidad". "Ser honesto es una condición del ser humano, es como respirar" asevera el médico nacido en Adrogué, provincia de Buenos Aires y atrapado por la tierra roja en 1971.
El primer logro, de una interminable lista que cimentó a lo largo de los años, data de 1964 cuando se convirtió en el primer residente en Cirugía Infantil en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
A su currículo médico debe sumársele la faceta artística. Gómez Demaio es actor, egresado del Conservatorio de Arte Escénico en Capital Federal. Y en este rubro también alcanzó amplio reconocimiento. Su mérito más reciente es el viaje a Venezuela en octubre del año pasado, con el director Luis Andrada, donde presentaron una veintena de funciones de la obra Aeroplanos. "Hacer teatro era más barato que ir al psicólogo y era un cable a tierra muy lindo", comentó y minutos después soltó todas sus reflexiones por el Bicentenario de la Patria.
En el marco del Bicentenario y desde su experiencia en el ámbito de la salud ¿qué logros tiene la provincia y en qué debe madurar?
Cuando vinimos a Misiones en el año 70, no había pavimento para ir a Eldorado, yo venía de Estados Unidos y me contrataron para organizar el departamento del Hospital de Pediatría del Samic de Eldorado. En ese momento se hidrataba a los chicos por vía subcutánea, quiere decir que en el año 70 no se conocía la vía venosa para hidratación. Se le ponía el suero en la panza de los chicos deshidratados y se morían todos, cien por ciento. No se había hecho nunca una punción lumbar, quiere decir que en Misiones no teníamos meningitis, encefalitis porque no se tenía el diagnóstico. Entonces cuando tomé las historias del Hospital Samic de Eldorado, que se había inaugurado en abril de 1971, dije 'lo que hace falta acá es recurso humano'.
Formar recurso humano para que estas cosas no sucedan más y ahí fue donde hicimos las residencias médicas con el apoyo del director de Recursos Humanos de la Nación, entonces hicimos las residencias de Pediatría, Tocoginecología, Clínica Médica y Cirugía, las cuatro especialidades básicas con lo cual el hospital de Eldorado pasó a ser el modelo para todo el Nordeste argentino. No por las instalaciones, no porque tenía tecnología de punta, sino porque tenía recurso humano capacitado y haciendo las cosas mínimas para que los chicos no se mueren.
Acá cuando íbamos a poner el suero las mamás agarraban a los chicos y se los llevaban, porque sabían que eso era pre mortem, antes de la muerte estaba el suero famoso. Cuando empezamos a canalizar las venas de los chiquitos y se recuperaban rápidamente, en horas, al hidratarlos correctamente, las madres los traían después para que les pongan el suero. Quiere decir que era gente muy ignorante, analfabeta, pero estúpidos no eran.
Estuve cinco años en el Eldorado y volví a Estados Unidos porque mi objetivo era investigar, estaba investigando sobre la hormona de crecimiento de factores tumorales en los niños, en ese momento me agarró el subsecretario de Salud Pública y me pidió que organizara antes de irme al departamento de Pediatría en el Hospital Madariaga, porque Pediatría era un pabellón en el Hospital Madariaga, lo mismo que había hecho en Eldorado. Yo le dije que para organizar recursos humanos se necesita por lo menos cinco años, un aparatito se puede comprar en quince días, un insumo se compra rápidamente si tiene dinero. Es lo que vemos acá, el Hospital Madariaga con toda la tecnología pero no hay quien maneje los aparatos porque nadie los conoce. Además, lo lógico es formar el recurso humano y que este pida la tecnología que él sabe manejar.
En ese sentido el recurso humano no tiende a capacitarse o bien no hay quien invierta en capacitación…
Por ejemplo, antes de empezar la construcción del nuevo Madariaga se tendría que haber previsto qué recurso humano iba a necesitar. Si yo iba a poner un resonador magnético tengo que formar gente en diagnóstico por imágenes.
Todos los trabajadores de la salud de Misiones, desde la mucama hasta la enfermera, tienen los sueldos más bajos del país. Es muy difícil que yo pueda conseguir recurso humano formado de otro lugar y quiera venir a trabajar acá por lo que se paga en el Estado. Yo creo que ese es el problema que no ven las autoridades, pero no lo ven desde hace 20 años, no es que no lo ve esta administración. Por eso digo que del sueño aquel del año 70 al año 2010, a mí me parece que habremos conseguido el 20 por ciento, o en pediatría tal vez un poco más. El pediatra de por sí tiene un compromiso social, es el médico de la familia, enseña a criar ese hijo de la mejor manera posible, es un compromiso que no tiene otro especialista.
¿Ve ese compromiso en las nuevas generaciones de especialistas?
Sí, yo creo que si eligieron pediatría es porque tienen compromiso social. Lo que pasa es que la formación cada vez es peor, cada vez se le exigen cosas para las cuales el residente no tiene por qué venir, el residente viene a aprender no viene a servir, no viene a cumplir funciones de médico asistencial. Y las autoridades tomaron a la residencia médica como una forma barata de tener mano de obra disponible. El residente no tiene seguro ni jubilación, los usan a los pobres residentes. No estoy conforme con lo que veo después de 40 años en esta provincia, pienso que podríamos haber hecho más si las autoridades se hubieran comprometido en lo que era un proyecto de salud.
Así planteado parece que la salud siempre será una asignatura relegada en políticas públicas…
Claro, porque no da votos. En el Hospital nuevo de pediatría acá enfrente viene la presidente, los diputados, viene todo el mundo porque se inaugura una pieza con equipo adentro, pero si yo formo recurso humano y le pago bien, eso, primero no tiene retorno y después… es como que yo te diga 'que honesta que sos vos', y no te estoy diciendo ningún piropo, lo menos que podés ser en la vida es ser honesto. En la vida ser honesto es una condición básica, es como respirar, y tengo que respirar bien porque tengo que vivir, de manera que la única manera de servir a la comunidad es siendo honesto…
Pienso en el vicepresidente Cobos y creo que está loco con eso que dijo que 'si no hay corrupción gobernar es una utopía', o no sabe historia, me acuerdo de Lisandro de la Torre, de Arturo Illia, de San Martín, Mariano Moreno, Belgrano de tantos y tantos, recordemos eso ya que estamos en el Bicentenario. Y reconozcamos que esta ciudad se llama Posadas por un tipo que quiso hundir a la provincia de Misiones, y a nadie se le ocurrió cambiarle el nombre a la Capital de la provincia. Viamonte que vendió al ejército criollo frente a los españoles tiene calles en todos lados, y Castelli no tiene nombres en ningún lado o tiene muy pocas. Entonces digo bueno, los argentinos somos así.
Yo tengo es indignación y digo lo que siento, es así. Los votos se compran. Someten a la gente a través de la pobreza, los tienen encarcelados a través de esas migajas que le dan. Son sistemas nefastos de autoritarismo sucio, esto de los planes jefes y jefas de familia. Por qué no hacen una fábrica y los ponen a laburar a todos esos tipos, les enseñan a laburar, los mandan a la escuela nocturna, les obligan a estudiar y sino no le pagan el sueldo. No invierten en eso, no invierten en educación.
Cuando Japón salió de la Segunda Guerra Mundial dijo el 50 por ciento del presupuesto del país es para educación y hoy es una potencia. No tiene ninguna sustancia prima, hasta el agua de mar la tiene que transformar en potable. Sin embargo, es una potencia porque educó a su población.
Pero en 2006 cuando se impulsaba la modificación de la Constitución para establecer la reelección indefinida, el pueblo misionero dijo no ¿no es acaso una muestra de que no todo se puede comprar?
Eso hubiera sido ya un atropello, yo no sé si no hubiera estado el obispo Piña en el medio si hubiera ganado el no. La presencia de Piña hizo que la gente reflexionara, que se dijera 'si Piña dice que no, vamos a escucharlo'. Fue una de las pocas cosas que Misiones hizo bien y fue gracias a Piña.
Igualmente, esto genera esperanzas en la ciudadanía…
Da esperanzas porque si cada uno se dedicase a hacer bien, honestamente, con criterio y con solvencia lo que tiene que hacer la provincia cambiaría. La cuestión es que en lugares claves está gente que no sabe. Hay que invertir en capacitación no en ladrillos, el tema es que la capacitación no trae retorno.
¿Significa que se necesita en la política, referentes del carácter de Piña?
No sé… hace poco se publicaron las memorias de Favaloro en el diario La Nación y decía Favaloro que él había dejado todo, el éxito, el dinero, el reconocimiento de sus colegas en Estados Unidos, por venir a hacer acá algo por la gente que lo necesitaba, tal es así que a la gente del Pami le operaba gratis en la Fundación Favaloro. Me acuerdo de Alderete, representante del Pami en la época de Menem, y le negaron el pago de lo que se le debía, con lo cual él tenía que empezar a echar personal de la Fundación Favaloro y eso no lo podía tolerar. Entonces digo, a gente como Favaloro nosotros le pusimos el revólver en el pecho, no se lo puso él, fuimos nosotros. Y no hicimos nada para que no vuelva a suceder una cosa así.
Y si tuviese que rescatar algo bueno, lo positivo para la provincia luego de tantos años de carrera…
Lo lógico sería reconocer el recurso humano que ya formó la provincia, me acuerdo cuando dejé el departamento de recursos humanos de Salud Pública, formamos 1.200 auxiliares de enfermería porque era lo que necesitaba la provincia, y casi 130 médicos formados con la patología de la provincia, eso fue en el año 1986.
He viajado a Estados Unidos unas cuantas veces por tiempos de tres meses a hacer especializaciones pero siempre he vuelto acá, ni siquiera a Adrogué, mi lugar de origen. Siempre volví a Misiones.
La esperanza de un comerciante posadeño
DIEGO BARRIOS es ex presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas. Reflexionó que "en medio del cambalache se está perdiendo el patriotismo". Destacó la falta de respeto hacia la autoridad como una de las falencias actuales más difíciles de erradicar, con el consecuente sentimiento de anomia.
"Soy un hombre de esperanza", se autodefine Diego Barrios (42) rodeado de sus seres queridos en su oficina, ubicada en Junín casi Mitre de la capital misionera. Una empresa familiar dedicada a los elementos eléctricos, que fue incorporando negocios informáticos y desarrollos tecnológicos, se ve amenazada si continúan descendiendo los valores esenciales de la sociedad.
El ex presidente de la Cámara de Comercio e Industria de la ciudad de Posadas se muestra preocupado por cómo avanzan algunas vivezas criollas o bien argentinas, como la corrupción en todos los ámbitos, desde aquellas recomendaciones que hiciera el ladino Viejo Vizcacha para hacerse amigo del juez, en el Martín Fierro, hasta llegar a convertirse producto del deterioro moral en un cambalache, como tan bien pintara el genial compositor Enrique Santos Discépolo, cuyas letras parecen acorralar y menguar el patriotismo argentino.
Pensando el Bicentenario, sería triste no dejar ningún legado a nuestros hijos.
Por ese lado sería bueno empezar. Es que todo lo que uno haga en la vida para bien o para mal, lo van a sufrir nuestros hijos y nuestros nietos. Y uno amor por los suyos tiene naturalmente, y es imposible eludir ese sentimiento.
Por ahí tenemos que ser responsables si vemos que la sociedad se está desvirtuando, porque quienes van a sufrir las consecuencias son los que vienen. Ya se observa en la delincuencia simple.
En el asalto, en el robo, en el asesinato. La violencia familiar, es mayor donde más necesidades económicas hay.
Quien más va a sufrir es el más humilde. Entonces, de qué me sirve a mí tener suficientes recursos económicos si no los voy a poder disfrutar tranquilo junto a mi familia y los seres queridos.
Si hay otro que está muy mal al lado mío y como no hay valores en la sociedad, va a ir y sin querer me mata para sacar algún dinero porque cree que es correcto robar; porque si roban los otros por qué no robar también. Entonces para qué construir una empresa o tener más dinero si no lo van a poder disfrutar mis hijos o nietos.
Ahí es donde debemos intervenir, porque ahí nos importa a todos.
Los desafíos que se propone para el Bicentenario, no parecen una misión sencilla.
Es un desafío individual de quienes tienen recursos, con un nivel medio, son los máximos responsables de producir el cambio.
Dejar de tener miedo.
No ser un Quijote de la Mancha, pero hablar y compartir entre la gente, exigirles a los dirigentes en forma personal o pública para que sean transparentes en los actos públicos, es lo que queda.
Si hoy la Justicia nos garantizara que se hacen planteos y se juzga en forma correcta sería el camino, pero creo que todavía no estamos en esa posición. Estoy sí convencido que habrá un cambio.
Lo que está proponiendo llevará algún tiempo.
Tal vez lleve mucho tiempo o no, pero va a haber un cambio. La sociedad es inteligente, pero tiene que haber crisis. Solamente las crisis producen cambios. Se pueden inducir la crisis o viene por peso propio, la crisis de valores es la que peor reacción tiene.
Los cambios son lentos. Pero quisiera ver una luz, una señal. Empezar a caminar el camino de lo correcto, salir del delito, desde los más pequeños a los más graves. Tengo esperanzas que algún día la Justicia comenzará a funcionar como corresponde. De hecho los militares nunca pensaron que serían juzgados.
¿No teme perder las esperanzas ante tamaño reto?
Estamos pensando en el marco del Bicentenario, pensando en cien años y tengo esperanza porque veo que hay muchas personas que piensan como yo. Se empieza a actuar, pero muy fríamente.
Es como que el promedio está más acostumbrado a vivir de otra manera, hay cierta comodidad pero hay mucha gente que está viviendo muy mal. En eso hay cierta desconexión de una parte de la corporación política y económica.
Están distanciados del promedio de la sociedad, me incluyo.
Tengo la esperanza que el conjunto de la sociedad empiece a pedir eso y creo que los dirigentes saben que deben cambiar.
No pierdo la esperanza que se recapacite y cambie, porque no le conviene a nadie. De qué sirve tener mucho poder económico, para después tener que ir a vivir a otro país.
El desafío de ser historiador en estos tiempos
"La historia misionera es de despoblamientos y sangrías" expresó el historiador misionero JORGE FRANCISCO MACHÓN. El Bicentenario, para el escritor, es la oportunidad de rescatar el valor de los héroes guaraníes que murieron luchando hasta ser completamente despojados.
Jorge Francisco Machón habla de Misiones con la pasión de quién eligió vivir en ella. Es posadeño y hace 50 años vive en Jardín América. Aunque heredó el asombro por esta tierra de su padre, inmigrante francés, y ese arrobamiento todavía late en las cartas que su padre escribía a una tía que quedó en Francia y que el historiador atesora.
Y así como ama estas tierras en las que está orgulloso de vivir, no deja de felicitar la insistencia de su padre para que conserve la ciudadanía francesa. La misma que le permitió a su hija radicarse en Suiza cuando la crisis argentina cerraba oportunidades, cumpliendo en tres generaciones un trayecto familiar muy argentino.
Este profesor de Historia, que fue diputado entre 1973 y 1975, se dedicó a la investigación histórica tras jubilarse de la docencia y publicó varios libros y trabajos. Y a diferencia de aquellos a los que cuanto más conocen más se desencantan, este misionero es un apasionado de la tierra que eligieron sus padres y de la gente que la habitó y la marcó con su entrega.
¿Qué significa este Bicentenario?
Es un momento de reflexión. El Bicentenario nos ayuda a que empecemos a comprender más qué significó para Misiones y en Misiones la Revolución de Mayo.
Porque para todo el mundo, la historia misionera se centra en el período jesuítico, últimamente tiene mucho auge el repoblamiento inmigratorio, y este es el momento de reflotar en las escuelas la participación que tuvo Misiones.
No solamente declamando que fue la primera provincia que se adhirió a la revolución de Mayo, con Tomás de Rocamora, el gobernador interino, que era criollo y nicaragüense.
Fue una situación conflictiva. Ahí tenemos el primer resultado. Una disgregación más de la gran provincia de Misiones, es decir los ex pueblos jesuíticos. Ya habíamos tenido un primer fraccionamiento cuando los portugueses se quedaron con las Misiones Orientales. Y ahora tenemos uno nuevo por el choque entre el Gobierno de Buenos Aires y el Gobierno de Asunción, que se pronuncia por el Régimen de Regencia.
Pero estos detalles no es lo que interesa. Interesa reflexionar que de entrada se vio Misiones inmersa en la problemática de la Revolución. Que para unos era nada más que el cambio de autoridades, de un Gobierno español a uno criollo; para otros fue una revolución.
Y aparte en una Misiones donde casi la totalidad de sus habitantes eran misioneros guaraníticos. Entonces, en este conflicto entre Buenos Aires y Asunción, se produce la llegada de Belgrano. Y así sí, para mí, entra la revolución. Con el reglamento, se efectiviza la revolución. Y es bien asimilada y entendida por nuestros líderes guaraníticos. Y no nos debe extrañar después que cuando vienen las ideas federales, Andresito se sume.
Es el momento de reflexionar y valorar la actuación de nuestros líderes misioneros guaraníes.
¿Tienen nombre?
Es un plato pero toda esta etapa nosotros la centramos en Andresito. Y Andresito no estuvo solo.
Pero es al único que conocemos
Y nos estamos olvidando de estos otros que fueron lugartenientes de él. Gente muy particular. Matías Abucú, por ejemplo, que hasta su señora contribuyó a la causa libertadora. Y que cuando estuvo Belgrano se vino de Apóstoles, a conversar con Belgrano. Y después, cuando San Martín pide gente, son los mismos que juntaron los reclutas de Apóstoles y la zona del Uruguay, y se los llevaron a San Martín. Y hay detalles, como por ejemplo, cómo lleva Matías los reclutas y las recomendaciones que les dan. Que había que cuidarlos, que hay que tratarlos bien en el idioma. Y tener cuidado porque gustan mucho de cambiar mujeres (Risas).
¿Y qué desafíos aparecen ante el Bicentenario?
La revolución de Mayo no fue la revolución de la República Argentina. No existía República. Fue pensada como una revolución de la Patria Grande, la de Bolívar, la de Artigas. Eran las Provincias Unidas del Río de la Plata. Sin perder la identidad de cada pueblo, buscar ese concepto de Patria Grande, de integración natural.
Acá somos privilegiados por la naturaleza. Como decía un amigo mío entrerriano: Misiones es un lindo lugar para anclar y echar raíces. Y eso hizo que Misiones sea de todos. Inclusive, se necesitan muy pocos años de residencia acá para sentirse misionero.
Estamos orgullosos del terruño que habitamos. Estamos orgullosos de su historia, llámese las misiones jesuíticas, llámese de la participación que tuvimos y por eso entendemos este Bicentenario. Y también de los nuevos aportes que hubo.
La inmigración. ¿Y las deudas pendientes?
Misiones tiene muchas. Históricamente, salvo Posadas, que tiene calles donde son recordados sus comandantes guaraníes, en el resto de la provincia, salvo por Andresito, tenemos General Paz por todos lados. No tenemos un Pantaleón Sotelo o Matías Abucú. Esos nombres no están en ningún lado. Ahí tenemos una deuda con los pueblos originarios.
Usted habla de una historia poco conocida de Misiones.
Sí, ahí estamos armando un trabajo con la Junta de Estudios Históricos de acá. Donde se invitó a cinco autores a presentar sus trabajos y eso ahora está en proceso de edición.
Pero la mayor parte piensa en los 56 años que tiene Misiones como provincia. Es una provincia joven.
Lo que pasa es que nuestra historia es una historia de adelantos y retrocesos. Es rica en el sentido de todas las culturas que uno puede pensar desde la época paleolítica, pero hubo grandes despoblamientos, grandes sangrías. Acá tenemos poblamientos y despoblamientos. La historia de Misiones es pintoresca como su tierra. Y son etapas.
Hubo una gran discontinuidad. La imprenta de Ruiz de Montoya se la llevaron a Córdoba, a Capital.
Hay cortes. Y despoblamiento. Nadie puede ir acá a cinco generaciones atrás.
¿Habrá alguno?
Tengo un árbol genealógico de un hombre que hoy es intendente de Loreto en Corrientes. Lo tengo en su recontratataraabuelo de 1725 que era secretario del cabildo de Corpus. Y a su hijo le puso ese nombre.
Somos producto de un mestizaje completo. Incluso dentro de los guaraníes. Le llaman el crisol de razas. A mí no me gusta el concepto de raza.
Pero usted también es hijo de inmigrates
También soy producto de ese mboyeré. Mi padre era francés. Y por el lado materno soy descendiente de alemanes. Y eso es lo lindo de Misiones. Acá en Misiones se terminaron las barreras. Dónde ibas a pensar vos que en la tradicional Europa, se iba a casar una polaca con un alemán. Irreconciliable.
Hace más de 50 años que vivo en Jardín América. Donde veía casarse a un japonés y una alemana o a un auténtico guaraní hablando alemán. Hoy, lo lingüístico se perdió. Antes en las colonias seguías con el idioma.
Los misioneros siempre marcaron su situación de desventaja respecto al resto de la Argentina. Y echando la culpa a un modelo de país centralista.
Justamente. La historia misionera no pudo escapar a lo que muchos llaman la historia oficial. La historia oficial fue con Buenos Aires cabeza del país, la gran cabeza. Y en esa historia porteña, centralista, lógicamente hasta no hace muchos años, Artigas era prototipo de la anarquía. Y Misiones formaba parte de la Liga de los Pueblos Libres, como provincia. Y encima todavía, manejada por sus propios guaraníes. Entonces, en la historia oficial es una historia marginal. Tan marginal era que no supieron defender la territorialidad de Misiones. Misiones recuperó parte de su territorio después de la guerra de la Triple Alianza, como resultado de la victoria. Y pierde, por no saberlo defender, un tercio de su territorio en manos de los brasileños. Después viene otra historia, que por más revisionista que sea, no deja de ser de nuevo sobre el gran caudillo que es Rosas. Volvemos de nuevo al mismo tema. Eso también está en lucha de unitarios y federales.
En el libro de Cabral Arrechea sobre Andresito queda la sensación de que Misiones era la tierra en la que se peleaban los paraguayos, los brasileños y los argentinos.
Exactamente. El libro de Cabral es muy bueno para plantear el problema social. Después cuando hacen desaparecer la provincia de Misiones -porque no te olvides que esta no era tierra particular, era del cabildo de los pueblos- sucede el gran reparto de tierras acá.
Claro, porque da la sensación de que Misiones aparece cuando Roca procede al reparto de tierras entre nueve familias.
Es que para esa época ya no había tampoco negros.
Habían muerto en las guerras
Los misioneros fueron carne de cañón. Todas esas guerras en Brasil. Y eso es lo lindo de Andresito. A diferencia de estos caudillos -llámese Rosas, llámese Ramírez- él no luchaba por el mantenimiento de sus propiedades. Él luchaba por su gente para que tengan los derechos que nos vienen de la declaración de la Revolución Francesa, igualdad y fraternidad.
Era ese el espíritu de la Revolución
El reglamento de Belgrano les da el derecho. Cuando Andresito se dirige a los paraguayos exigiendo el desalojo de Candelaria les dice "como verdaderos americanos que somos".
¿Usted cree que sería una buena forma de celebrar el Bicentenario en Misiones recordando la figura de Andresito?
Sí, la gesta de Andresito y sus lugartenientes que se jugaron por una Patria Grande.
Una reedición por el Bicentenario
"El 22 de diciembre de 1953, al promulgarse la Ley Nº 14.294 por la cual se reconocía a Misiones el rango de provincia argentina, el Estado no hacía otra cosa que saldar una vieja deuda que tenía con el pueblo misionero: restituirla a la jerarquía que las vicisitudes de las luchas en los albores de nuestra nacionalidad le despojaron".
Estas palabras preliminares abren la tercera edición del libro "Misiones después de Andresito" de Jorge Francisco Machón. Y la reedición es explicada por su autor precisamente como un aporte al Bicentenario. En sus páginas se repasa y documenta el triste y trágico destino de los misioneros guaraníes, despojados de sus tierras y riquezas (su ganado, estancias, los ornamentos de sus iglesias y finalmente hasta sus yerbales) por las ambiciones principalmente de los portugueses, pero también de paraguayos, correntinos y entrerrianos.
"A fines de 1820, la llamada Rebelión de los Misioneros había terminado. Desde el punto de vista institucional podemos decir que, aunque temporariamente, la provincia de Misiones ya no existía… La población de la región había quedado reducida al décimo de lo que era en tiempos de los jesuitas", apunta Machón en las páginas finales.
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